Dimensión interpersonal:
La práctica docente se
fundamenta en las relaciones de los actores que
intervienen en el quehacer educativo: alumnos, docentes,
directores, madres y padres de familia. Estas relaciones son
complejas, pues los distintos actores educativos poseen
una gran diversidad de características, metas, intereses,
concepciones, creencias, etc. La manera en que estas
relaciones se entretejen, constituyendo un ambiente de
trabajo, representa el clima institucional que cada día se va
construyendo dentro del establecimiento educativo.
Dimensión social:
La dimensión social de la práctica
docente refiere a “el conjunto de relaciones que se refieren
a la forma en que cada docente percibe y expresa su tarea
como agente educativo cuyos destinatarios son diversos
sectores sociales”
Dimensión Didáctica:
Esta dimensión se refiere “al papel
del docente como agente que, a través de los procesos
de enseñanza, orienta, dirige, facilita y guía la interacción
de los alumnos con el saber colectivo culturalmente
organizado para que ellos, los alumnos, construyan su
propio conocimiento”
Dimensión Valoral (valórica):
La práctica docente no es
neutra, inevitablemente conlleva un conjunto de valores.
Cada profesor, en su práctica educativa, manifiesta
(de modo implícito o explícito) sus valores personales,
creencias, actitudes y juicios. En definitiva, el maestro va
mostrando sus visiones de mundo, sus modos de valorar
las relaciones humanas y el conocimiento y sus maneras de
guiar las situaciones de enseñanza, lo que constituye una
experiencia formativa
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