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martes, 22 de septiembre de 2015

DIFERENTES PERSPECTIVAS DE LA REFLEXIÓN SOBRE LA PRÁCTICA DOCENTE



Existen muchos cambios y retos en la educación hoy en día, convirtiendo mi labor docente más compleja y con un mayor compromiso por mi parte, como consecuencia se me exige una profesionalización laboral mediante acciones que reflejen mejorías en mis prácticas. Aunque estas acciones están influidas por diferentes factores que se reflejan en la práctica, como pueden ser: la formación docente, la experiencia, el conocimiento, las creencias, entre otras cosas.

Los factores anteriores se reflejan en las estrategias de enseñanza que el maestro emplea en su grupo, de ello Pozo destaca (2006, p. 419) "la importancia de las concepciones de los profesores –implícitas y explícitas- como guía de su práctica". Aunque en ocasiones es necesario que el docente cambie sus percepciones sobre la enseñanza para realizar de manera eficaz su labor como facilitador, para ello debe comprender y reflexionar lo que hace en aula. Este proceso es complejo, de hecho Pozo (2006, p. 428) comenta que "lo más difícil del cambio no es tanto poner en marcha nuevas prácticas, sino modificar las ya existentes.", unos instrumentos que Pozo (2006, p. 429) sugiere para el apoyo del análisis de la práctica son "la escritura de diario, el análisis de casos, la grabación y posteriormente revisión de situaciones reales de práctica".

Para lograr este cambio en las concepciones de los maestros sobre la enseñanza debemos retomar la reflexión sobre la práctica y para ello existen diferentes teorías de autores sobre la manera de lograr grandes cambios en mi práctica y la que se me ha hecho más interesante ha sido la idea del autor Donald Schön de ser un "práctico reflexivo", ya que este nuevo papel me permite desarrollar una mejor comprensión del "conocimiento en la acción", convirtiéndome en un investigador en el contexto práctico y no teórico, considerando a la práctica como una clase de investigación. En esta reflexión en la acción, existe una interacción entre el saber y el hacer, la teoría y la práctica y yo como maestro tengo una función más profesional, siendo un "práctico reflexivo".

Donald Schön, difiere la reflexión en la acción y la reflexión sobre la acción, en la primera nos comenta el autor que es algo difícil de realizar debido a que hay poco tiempo para pensar y reflexionar, pero para la segunda es desarrollar una capacidad para tratar de prever ciertos acontecimientos antes de la clase y reflexionar sobre lo que aconteció para hacer modificaciones y lograr una mejora de lo ya hecho.

Para atender a esta función debo reflexionar sobre lo qué es la práctica educativa y para entenderlo y explicarlo remitiré a Perales (2006), que también considera a la práctica pedagógica como una situación compleja porque el docente debe realizar procesos reflexivos para valorarla, y esto requiere que el maestro modifique, articule y reorganice sus acciones cotidianas llevando a cabo una transformación en la forma de concebir y comprender su hacer, haciéndolo complejo.

Esta práctica educativa se dará cuando yo sea capaz de realizar una reflexión acerca de mi quehacer diario y de lo que surge en el aula, dando pie a la investigación de mi labor, pudiendo así realizar la investigación-acción durante mi trabajo. Este hecho resultará adecuado cuando pueda determinar en qué momento me es conveniente intervenir y poder teorizar sobre ello, observando y analizando desde adentro mi labor educativa.

Otra manera en que el docente puede contribuir a la educación, es mediante la implementación de la investigación-acción, que Boggino N. y Rosekrans, K. (2007, p 32) lo definen como "un proceso de indagación y análisis de lo real en el que se procede a una reflexión y actuación sobre las situaciones problemáticas con objeto de mejorar la práctica pedagógica y la calidad educativa." Este proceso es muy favorecedor para el docente ya que lo lleva a una reflexión, que se orienta a una mejora de la calidad educativa, tiene el fin de crear conocimiento colectivo y se orienta hacia la generación de procesos de reflexión crítica.

La reflexión es una de las tareas más complejas y fundamentales, porque a través de ella transformaría la totalidad del sistema de mi práctica educativa. Logrando cambios significativos en mi tarea docente: reconstruirme como profesional, adquiriendo conciencia sobre mi papel y sobre mis estrategias empleadas para enseñar, teniendo como consecuencia una resignificación de mi práctica educativa.

Es elemental reconsiderar la importancia acerca del término práctica reflexiva, y para ello es necesario que recapitulemos a Philippe Perrenoud, este autor considera necesario hacer una diferencia entre lo que es pensar y reflexionar, el ser humano piensa constantemente y no por ello es un practicante reflexivo, sino que la reflexión va más allá considerando cierto distanciamiento para replantear, o sea, reconsiderar nueva y detenidamente la práctica reflexiva.

La reflexión del enseñante sobre lo que ha pasado y lo que pasará en clase ocupa un buen tiempo libre del mismo, la presión presencial de los alumnos es menos fuerte, pero el enseñante dispone de poco tiempo para analizar las acciones pasadas, fuera de clase puede experimentar un sentimiento de apremio contemplando frustración, insatisfacción por no poder finalizar una hipótesis sobre lo sucedido. Para ser más eficiente la reflexión sería importante hacerla lo más pronto posible, ya que de esa manera se pueden rescatar más aspectos relevantes que permitirán una resignificación de la práctica educativa. En este sentido, Fernando Bárcenas (Bárcenas, 2001, p126-127) menciona como la formación del profesor tiene que ir orientada, de acuerdo con estas ideas, a que este pueda ir personalizando en un esquema del pensamiento propio, un saber reflexivo y crítico, pues ni se resuelve la enseñanza con solo mirarla, ni se convierte en práctica racional innovadora si no se supera el nivel del pensamiento vulgar, las creencias personales o el conocimiento tácito. La reflexión sobre la acción se renueva constantemente, dando paso a la reflexión de su propia acción y sobre los sistemas de acción colectiva.

Considero que en ocasiones el maestro tiene la idea que el reflexionar sobre la práctica se hace de manera individual, y en cambio esta acción para que tenga un mejor resultado debería ser en colectivo, ya que se contrastarían las ideas con las de alguien más, generándose un intercambio de opiniones muy enriquecedor y significativo.

Si llegáramos a reflexionar sobre la importancia de generar contextos de participación, encuentro y colaboración entre el profesorado de una comunidad de práctica, se permitiría construir una nueva forma de trabajo docente que facilitaría los procesos de cambio y transformación que derivan de la construcción de una práctica educativa con éxito.

Si se llegaran a compartir las experiencias que el maestro tiene y que se enfrenta en el aula entre los docentes habría un intercambio de información que serviría para replantear de diferente manera diversas situaciones.

Otros autores que manejan la práctica reflexiva mediante el trabajo colaborativo o en colectivo son Brockbank, A. y McGill, I, que describen esta forma de trabajo mediante el uso de las triadas que las definen como "…estrategias que permite facilitar el diálogo entre pares, argumentar y comunicar de manera razonada las acciones futuras, plantear interrogantes que permitan profundizar la comprensión de nuestra propia práctica, analizar alternativas de cambio y optar de forma común (Brockbank y McGill, 2002)."

De acuerdo a la propuesta de Brockbank y McGill (2002) la práctica y el diálogo reflexivo se desarrollan a través de las "triadas", una estrategia que promueve el diálogo, la colaboración, la reflexión y la transformación de la práctica docente.



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