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jueves, 1 de octubre de 2015
miércoles, 23 de septiembre de 2015
martes, 22 de septiembre de 2015
¿QUE ES LA PRÁCTICA DOCENTE?

La noción de práctica docente no tiene una única definición ni puede explicarse en pocas palabras. El concepto es muy amplio y refiere a la actividad social que ejerce un maestro o un profesor al dar clase.
Puede decirse que la práctica docente está determinada por el contexto social, histórico e institucional. Su desarrollo y su evolución son cotidianos, ya que la práctica docente se renueva y se reproduce con cada día de clase.
Esto que hace un docente deba desarrollar diferentes actividades simultáneas como parte de su práctica profesional y que tenga que brindar soluciones espontáneas ante problemas impredecibles.
En otro sentido, es posible afirmar que la práctica docente consiste en la función pedagógica (enseñar) y en la apropiación que cada maestro hace de su oficio (formarse de manera continua, actualizar sus conocimientos, asumir ciertos compromisos éticos, etc.). Ambas cuestiones, a su vez, reciben la influencia del escenario social (la escuela, la ciudad, el país).
La práctica docente, en definitiva, se compone de la formación académica, la bibliografía adoptada, la capacidad de socialización, el talento pedagógico, la experiencia y el medio externo. Todos estos factores se combinan de diferente manera para configurar distintos tipos de prácticas docentes según el maestro, que además provocarán diversos resultados.
DIMENSIONES DE LA PRACTICA DOCENTE
Dimensiones de la práctica docente:
Al considerar la práctica docente como una trama compleja de relaciones, se hace necesario distinguir algunas dimensiones para un mejor análisis y reflexión sobre ésta.
Dimensión Personal:
El profesor ante todo es un ser
humano, por tanto, la práctica docente es una práctica
humana. El docente debe ser entendido como un
individuo con cualidades, características y dificultades; con
ideales, proyectos, motivaciones, imperfecciones. Dada su
individualidad, las decisiones que toma en su quehacer
profesional adquieren un carácter particular.
La escuela constituye una
organización donde se despliegan las prácticas docentes.
Constituye el escenario más importante de socialización
profesional, pues es allí donde se aprenden los saberes,
normas, tradiciones y costumbres del oficio. En este
sentido, “la escuela es una construcción cultural en la que
cada maestro aporta sus intereses, habilidades, proyectos
personales y saberes a una acción educativa común” .
Dimensión interpersonal:
La práctica docente se
fundamenta en las relaciones de los actores que
intervienen en el quehacer educativo: alumnos, docentes,
directores, madres y padres de familia. Estas relaciones son
complejas, pues los distintos actores educativos poseen
una gran diversidad de características, metas, intereses,
concepciones, creencias, etc. La manera en que estas
relaciones se entretejen, constituyendo un ambiente de
trabajo, representa el clima institucional que cada día se va
construyendo dentro del establecimiento educativo.
Dimensión social:
La dimensión social de la práctica
docente refiere a “el conjunto de relaciones que se refieren
a la forma en que cada docente percibe y expresa su tarea
como agente educativo cuyos destinatarios son diversos
sectores sociales”
Dimensión Didáctica:
Esta dimensión se refiere “al papel
del docente como agente que, a través de los procesos
de enseñanza, orienta, dirige, facilita y guía la interacción
de los alumnos con el saber colectivo culturalmente
organizado para que ellos, los alumnos, construyan su
propio conocimiento”
Dimensión Valoral (valórica):
La práctica docente no es
neutra, inevitablemente conlleva un conjunto de valores.
Cada profesor, en su práctica educativa, manifiesta
(de modo implícito o explícito) sus valores personales,
creencias, actitudes y juicios. En definitiva, el maestro va
mostrando sus visiones de mundo, sus modos de valorar
las relaciones humanas y el conocimiento y sus maneras de
guiar las situaciones de enseñanza, lo que constituye una
experiencia formativa
DIFERENTES PERSPECTIVAS DE LA REFLEXIÓN SOBRE LA PRÁCTICA DOCENTE
Existen muchos cambios y retos en la educación
hoy en día, convirtiendo mi labor docente más compleja y con un mayor
compromiso por mi parte, como consecuencia se me exige una profesionalización
laboral mediante acciones que reflejen mejorías en mis prácticas. Aunque estas
acciones están influidas por diferentes factores que se reflejan en la
práctica, como pueden ser: la formación docente, la experiencia, el
conocimiento, las creencias, entre otras cosas.
Los factores anteriores se reflejan en las
estrategias de enseñanza que el maestro emplea en su grupo, de ello Pozo
destaca (2006, p. 419) "la importancia de las concepciones de los
profesores –implícitas y explícitas- como guía de su práctica". Aunque en
ocasiones es necesario que el docente cambie sus percepciones sobre la
enseñanza para realizar de manera eficaz su labor como facilitador, para ello
debe comprender y reflexionar lo que hace en aula. Este proceso es complejo, de
hecho Pozo (2006, p. 428) comenta que "lo más difícil del cambio no es
tanto poner en marcha nuevas prácticas, sino modificar las ya
existentes.", unos instrumentos que Pozo (2006, p. 429) sugiere para el
apoyo del análisis de la práctica son "la escritura de diario, el análisis
de casos, la grabación y posteriormente revisión de situaciones reales de
práctica".
Para lograr este cambio en las concepciones de los
maestros sobre la enseñanza debemos retomar la reflexión sobre la práctica y
para ello existen diferentes teorías de autores sobre la manera de lograr
grandes cambios en mi práctica y la que se me ha hecho más interesante ha sido
la idea del autor Donald Schön de ser un "práctico reflexivo", ya que
este nuevo papel me permite desarrollar una mejor comprensión del "conocimiento
en la acción", convirtiéndome en un investigador en el contexto práctico y
no teórico, considerando a la práctica como una clase de investigación. En esta
reflexión en la acción, existe una interacción entre el saber y el hacer, la
teoría y la práctica y yo como maestro tengo una función más profesional,
siendo un "práctico reflexivo".
Donald Schön, difiere la reflexión en la acción y
la reflexión sobre la acción, en la primera nos comenta el autor que es algo
difícil de realizar debido a que hay poco tiempo para pensar y reflexionar,
pero para la segunda es desarrollar una capacidad para tratar de prever ciertos
acontecimientos antes de la clase y reflexionar sobre lo que aconteció para
hacer modificaciones y lograr una mejora de lo ya hecho.
Para atender a esta función debo reflexionar sobre
lo qué es la práctica educativa y para entenderlo y explicarlo remitiré a
Perales (2006), que también considera a la práctica pedagógica como una
situación compleja porque el docente debe realizar procesos reflexivos para valorarla,
y esto requiere que el maestro modifique, articule y reorganice sus acciones
cotidianas llevando a cabo una transformación en la forma de concebir y
comprender su hacer, haciéndolo complejo.
Esta práctica educativa se dará cuando yo sea capaz
de realizar una reflexión acerca de mi quehacer diario y de lo que surge en el
aula, dando pie a la investigación de mi labor, pudiendo así realizar la
investigación-acción durante mi trabajo. Este hecho resultará adecuado cuando
pueda determinar en qué momento me es conveniente intervenir y poder teorizar
sobre ello, observando y analizando desde adentro mi labor educativa.
Otra manera en que el docente puede contribuir a la
educación, es mediante la implementación de la investigación-acción, que
Boggino N. y Rosekrans, K. (2007, p 32) lo definen como "un proceso de
indagación y análisis de lo real en el que se procede a una reflexión y
actuación sobre las situaciones problemáticas con objeto de mejorar la práctica
pedagógica y la calidad educativa." Este proceso es muy favorecedor para
el docente ya que lo lleva a una reflexión, que se orienta a una mejora de la
calidad educativa, tiene el fin de crear conocimiento colectivo y se orienta
hacia la generación de procesos de reflexión crítica.
La reflexión es una de las tareas más complejas y
fundamentales, porque a través de ella transformaría la totalidad del sistema
de mi práctica educativa. Logrando cambios significativos en mi tarea docente:
reconstruirme como profesional, adquiriendo conciencia sobre mi papel y sobre
mis estrategias empleadas para enseñar, teniendo como consecuencia una
resignificación de mi práctica educativa.
Es elemental reconsiderar la importancia acerca del
término práctica reflexiva, y para ello es necesario que recapitulemos a
Philippe Perrenoud, este autor considera necesario hacer una diferencia entre
lo que es pensar y reflexionar, el ser humano piensa constantemente y no por
ello es un practicante reflexivo, sino que la reflexión va más allá
considerando cierto distanciamiento para replantear, o sea, reconsiderar nueva
y detenidamente la práctica reflexiva.
La reflexión del enseñante sobre lo que ha pasado y
lo que pasará en clase ocupa un buen tiempo libre del mismo, la presión
presencial de los alumnos es menos fuerte, pero el enseñante dispone de poco
tiempo para analizar las acciones pasadas, fuera de clase puede experimentar un
sentimiento de apremio contemplando frustración, insatisfacción por no poder
finalizar una hipótesis sobre lo sucedido. Para ser más eficiente la reflexión
sería importante hacerla lo más pronto posible, ya que de esa manera se pueden
rescatar más aspectos relevantes que permitirán una resignificación de la
práctica educativa. En este sentido, Fernando Bárcenas (Bárcenas, 2001,
p126-127) menciona como la formación del profesor tiene que ir orientada, de
acuerdo con estas ideas, a que este pueda ir personalizando en un esquema del
pensamiento propio, un saber reflexivo y crítico, pues ni se resuelve la
enseñanza con solo mirarla, ni se convierte en práctica racional innovadora si
no se supera el nivel del pensamiento vulgar, las creencias personales o el
conocimiento tácito. La reflexión sobre la acción se renueva constantemente,
dando paso a la reflexión de su propia acción y sobre los sistemas de acción colectiva.
Considero que en ocasiones el maestro tiene la idea
que el reflexionar sobre la práctica se hace de manera individual, y en cambio
esta acción para que tenga un mejor resultado debería ser en colectivo, ya que
se contrastarían las ideas con las de alguien más, generándose un intercambio
de opiniones muy enriquecedor y significativo.
Si llegáramos a reflexionar sobre la importancia de
generar contextos de participación, encuentro y colaboración entre el
profesorado de una comunidad de práctica, se permitiría construir una nueva
forma de trabajo docente que facilitaría los procesos de cambio y
transformación que derivan de la construcción de una práctica educativa con
éxito.
Si se llegaran a compartir las experiencias que el
maestro tiene y que se enfrenta en el aula entre los docentes habría un
intercambio de información que serviría para replantear de diferente manera
diversas situaciones.
Otros autores que manejan la práctica reflexiva
mediante el trabajo colaborativo o en colectivo son Brockbank, A. y McGill, I,
que describen esta forma de trabajo mediante el uso de las triadas que las
definen como "…estrategias que permite facilitar el diálogo entre pares,
argumentar y comunicar de manera razonada las acciones futuras, plantear
interrogantes que permitan profundizar la comprensión de nuestra propia
práctica, analizar alternativas de cambio y optar de forma común (Brockbank y
McGill, 2002)."
De acuerdo a la propuesta de Brockbank y McGill
(2002) la práctica y el diálogo reflexivo se desarrollan a través de las
"triadas", una estrategia que promueve el diálogo, la colaboración,
la reflexión y la transformación de la práctica docente.
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